Santo Espíritu te pido que desciendas hoy aquí
Necesito de tu ayuda porque débil soy sin ti
Quisiera de ti llenarme, de tu agua yo beber
Que derrames hoy tu gloria y nos muestres Tu Poder
Santo Espíritu de Dios, ven y llena este lugar
Que descienda aquí tu fuego, que me inunde con tu paz
Santo Espíritu de Dios, con el fuego de tu amor
Llega hasta el fondo de mi alma e infunde tu calor
Pues mi corazón de piedra hoy de carne anhela ser
Santo Espíritu de Dios, con tu fuego enciéndeme
Santo Espíritu te pido que desciendas hoy en mi
Que cambies lo que haga falta para poderte seguir
Quisiera de ti llenarme, de tu agua yo beber
Que derrames hoy tu gloria y nos muestres Tu Poder
Santo Espíritu de Dios, ven y llena este lugar
Que descienda aquí tu fuego, que me inunde con tu paz
Santo Espíritu de Dios, con el fuego de tu amor
Llega hasta el fondo de mi alma e infunde tu calor
Pues mi corazón de piedra hoy de carne anhela ser
Santo Espíritu de Dios, con tu fuego enciéndeme
Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes”. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo”
Juan 20, 19-23
Cuando Jesús envía a sus discípulos a predicar la buena nueva por el mundo, no los envía solos. Sino que los llena del Espíritu Santo para comenzar a ejercer su tarea misionera.
Semejante tarea sería imposible sin la asistencia del mismísimo Dios, es decir, sin el Espíritu Santo para iluminar el camino sería difícil discernimiento necesario para tal misión.
“Santo Espíritu” es una oración en donde nos ponemos en total disposición del Espíritu Santo. Le pedimos nos llene, nos inunde y nos transforme para poder ejercer nuestra misión de manera correcta. Proyectando el amor de Dios en nuestras acciones y vivirlo en carne propia.
Santo Espíritu es un ruego al Espíritu Santo para que nos convierta en un Instrumento de Paz.
Reflexión
“Y de igual manera, el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros…”
Romanos 8, 26
Quizás alguna vez nos ha pasado que sentimos las ganas de desahogarnos con alguien, pero no sabemos qué decirle, cómo decirle o a quién decirle ¿Cuántas veces las circunstancias de la vida, el desasosiego, el miedo parecieran empujarnos a dudar del amor de Dios? Como hijos de Dios estamos llamados a confiar en el Padre, pues si hay algo de lo que podemos estar seguros es que Dios es fiel. Pero aun sabiendo esto y estando consciente de ello, no tenemos la más mínima idea de cómo hacerlo.
¿Alguna vez escuchaste hablar del Espíritu Santo? No me sorprendería si no, esto pasa tan seguido que el Espíritu Santo también es llamado el gran desconocido, pero quiero que sepas que diariamente experimentamos su acción en nosotros, aún sin tener conciencia de ello. Nos regala dones y virtudes que pueden pasar desapercibidas, pero son rasgos que nos definen como personas y ahora verás su actuar.
El Espíritu Santo realmente actúa en nuestras vidas, ayudándonos a dar el siguiente paso y fortaleciéndonos. Yo sé que en algún momento has tenido una tarea que te ha resultado difícil. Has hecho tus esfuerzos, pero todo va lento y parece que no avanza como tú quisieras, si se lo pides, él te da la paciencia. Cuando en la vida se ve un panorama un poco oscuro y negativo, él te confiere el don de la paz, experimentar el fruto de la “paz” no significa que haya ausencia de problemas o conflictos, sino que, a pesar de ellos, el corazón está tranquilo. La alegría, que también viene del Espíritu Santo, y esta no se apaga en las tribulaciones, esa alegría emana de la experiencia del amor de Dios que el Espíritu Santo ha depositado en nuestros corazones.
Y así podría nombrarte más acciones que él puede realizar sin que nos demos cuenta, el punto es que solo actúa en corazones dispuestos. Y ese es el secreto de los secretos en la vida espiritual. Invocarlo a él, desprendiéndote completamente de ti.
Y entonces te pregunto ¿Qué es la verdad?. La Verdad con mayúsculas no es una idea que nosotros nos hacemos, sino una persona con la que nos encontramos. Cristo es la Verdad, que se ha hecho carne. Y el Espíritu Santo hace posible que lo reconozcamos y lo confesemos como Señor. El Espíritu Santo nos recuerda lo que Jesús un día nos enseño y lo imprime en nuestros corazones. Es Él quien toma nuestro corazón de piedra y lo transforma en un corazón de carne, dispuesto a entregarse por los demás.
Actividad
Déjate guiar por Él, predispón tu corazón todo este día a que sea el Espíritu Santo quien te guie. Imagina que es una probadita de su poder, que quiere darte y con el cual estoy seguro que te gustará contar de por vida.
San Pablo nos dice que “el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza” (Rom 8, 26). El Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad. Jesús nos dijo que no nos dejaría solos sino que enviaría al Espíritu Santo.
Esta es la oración que deberás utilizar a el principio de tu oración:
“Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu Creador
y renueva la faz de la tierra.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.”
Que reflexión e invocación tan más bonita❤️
Me encanta, que a través de la música expresas el gran amor que Dios nos tiene y con el Espíritu Santo viene a nosotros a encender el fuego de nuestros corazones.
Ese canto Lit es una maravilla, me encanta esa oración la cual nos hace invocar al Espíritu Santo. Me encanto!